Aún en construcción, esta villa bastaría a sí misma, tan desnuda gracias a los preciosos acabados de gres porcelánico. Cada centímetro transpira un calor familiar, afectuoso y clásico. El uso de mármol y madera colocado en forma de espiga, el uso de barandillas de hierro forjado con diseños suaves y terminales de hojas, hacen que todo irradie hospitalidad, familiaridad y sencillez.
Los baños están pensados para la pareja: una pequeña bañera de hidromasaje, ducha con dos rociadores y dos lavabos, revelan la pasión que reina entre estas paredes y el cuidado dedicado a que la casa sea la única "para toda la vida".